CARACTERÌSTICAS DE LOS ANFIBIOS :
Dentro de las características de
los anfibios, destacan las siguientes:
La metamorfosis de los anfibios
Los anfibios poseen ciertas particularidades
en sus modos de vida. A diferencia del resto de los tetrápodos, sufren un
proceso denominado metamorfosis en el cual la larva, es decir, el
renacuajo, se
transforma en adulto y pasa de respiración branquial a
pulmonar. Durante este proceso ocurren todo tipo de cambios tanto estructurales
como fisiológicos, en el cual el organismo se prepara para pasar de la vida
acuática a la terrestre.
El huevo de los anfibios es
colocado en el agua, por lo que cuando la larva eclosiona posee branquias para
respirar, cola y una boca circular para su alimentación. Luego de un tiempo
pasado en el agua, estará lista para la metamorfosis, donde sufren cambios
dramáticos que van desde la desaparición
de la cola y las branquias, como en algunas salamandras (Urodelos),
hasta cambios profundos en los sistemas de órganos, como en ranas (Anuros).
También ocurre lo
siguiente:
·
Desarrollo de las
extremidades anteriores y posteriores.
·
Desarrollo de un
esqueleto óseo.
·
Crecimiento de los
pulmones.
·
Diferenciación de
oídos y ojos.
·
Cambios en la piel.
·
Desarrollo de otros
órganos y sentidos.
·
Desarrollo neuronal.
Sin embargo, algunas especies de
salamandras pueden prescindir
de la metamorfosis y llegar al estado adulto con
características de larva, como la presencia de branquias, por lo que parecerá
un adulto pequeño. Este proceso de denomina neotenia.
La piel de los anfibios
Todos los anfibios modernos, es
decir, Urodelos o Caudata (salamandras), Anuros (ranas) y Gimnofiona
(cecilias), se denominan en conjunto Lissanphibia, y este nombre deriva del
hecho que estos animales carecen
de escamas en su piel, por lo que está “desnuda”. No poseen
otro recubrimiento dérmico como el resto de los vertebrados, ya sean pelos,
plumas o escamas, a excepción de las cecilias, que su piel está recubierta por
un tipo de “escama dérmica”.
Por otro lado, su piel es muy fina,
lo que le facilita la respiración cutánea, es permeable y está provista
por una rica vascularización, pigmentos y glándulas (en algunos casos tóxicas)
que les permite protegerse contra la abrasión del ambiente y contra otros
individuos, al actuar como su primera línea de defensa.
Muchas especies, como los
dendrobátidos (las ranas flecha venenosa), poseen colores muy brillantes que
les permite dar un “aviso” a sus depredadores, ya que son muy llamativos, pero
esta coloración casi siempre va asociada a glándulas venenosas. Esto, en la
naturaleza se denomina aposematismo animal, que básicamente es una
coloración de advertencia.
Esqueleto y extremidades de los anfibios
Este grupo animal posee una gran
variación en cuanto a su esqueleto con respecto a otros vertebrados. Durante su
evolución han perdido
y modificado muchos huesos de las extremidades anteriores,
pero en el caso de la cintura, está mucho más desarrollada.
Las patas anteriores poseen
cuatro dedos y las posteriores cinco, y están alargadas para la función del salto o el nado,
excepto en cecilas, que han perdido las extremidades posteriores debido a su
estilo de vida fosorial. Por otra parte, dependiendo de la especie, las patas
traseras pueden estar adaptadas tanto para el salto y como el nado, pero
también para la marcha.
Boca de los anfibios
La
boca de los anfibios se caracteriza por poseer lo siguiente:
·
Dientes débiles.
·
Boca grande y ancha.
·
Lengua muscularizada y
carnosa.
La
lengua de los anfibios les facilita la alimentación, y en algunas especies las
pueden proyectar hacia afuera para capturar a sus presas.
Alimentación de los anfibios
Responder
a la pregunta de qué comen los anfibios es un poco ambigua, ya la alimentación
de los anfibios varía según la edad,
pudiendo alimentarse devegetación acuática en el estado larval, y de pequeños
invertebrados en la fase adulta, como:
·
Gusanos.
·
Insectos.
·
Arañas.
También
existen especies depredadoras que pueden alimentarse de pequeños
vertebrados, como peces y mamíferos, por ejemplo, los escuerzos
(se encuentran dentro del grupo de anuros) que son cazadores al acecho y muchas
veces hasta pueden asfixiarse al tratar de tragar presas demasiado grandes.
REPRODUCCIÓN DE LOS ANFIBIOS :
Los anfibios presentan los sexos
separados, es decir que son dioicos, y en algunos casos existe dimorfismo
sexual, lo que significa que el macho y la hembra son diferenciables.
Principalmente, la fecundación es externa en anuros e interna en urodelos y
gimnofionas. Son ovíparos y los huevos son depositados en el agua o en suelos
húmedos para evitar la desecación, pero en el caso de las salamandras, el macho
deja un paquete de espermatozoides sobre el sustrato, llamado espermatóforo,
para luego ser recogido por la hembra.
Los
huevos de los anfibios son colocados dentro de masas
espumosas que produce el progenitor, y a su vez pueden
estar protegidos por una membrana gelatinosa que
además los protege contra patógenos y depredadores. Muchas especies poseen
cuidado parental, aunque son escasos, y se limita al transporte de los huevos
dentro de su boca o los renacuajos en el lomo y cambiarlos de sitio si existe
algún depredador cerca.
Además,
poseen una cloaca, al igual de
reptiles y aves, y es por este único conducto por donde ocurre la reproducción
y excreción.
HÁBITAT DE LOS ANFIBIOS :
La
mayoría de los anfibios vive en agua dulce, no salada. Sus hábitats pueden
incluir áreas cercanas a muelles, corrientes de agua, ríos, lagos, ciénagas y
estanques. Se pueden encontrar en áreas húmedas de bosques, prados y pantanos.
Los anfibios se pueden encontrar en casi cualquier lado en donde exista una
fuente de agua dulce. Aunque no existen verdaderos anfibios de agua salada,
unos pocos pueden vivir en aguas salobres (ligeramente saladas). Algunas
especies no necesitan nada de agua y muchas especies también se han adaptado a
ambientes más secos. La mayoría de los anfibios aún necesitan agua para poner
sus huevos.
ADAPTACIÓN
DE LOS ANFIBIOS:
Para vivir en la tierra, los anfibios reemplazaron las branquias
por otro órgano respiratorio: los pulmones. Otras adaptaciones comprenden:
·
Piel que previene la
pérdida de agua.
·
Párpados que permiten
adaptarse a la visión fuera del agua.
·
Un tímpano desarrollado
para separar el oído externo del oído medio.
·
Una cola que
desaparece en la adultez (en ranas y sapos).
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